Es un lugar del valle de Esteribar, 6 habitantes (2020). Situado a 18,6 Km. de Pamplona. El término confina al N. con Esquíroz, al E. con Errea, al S. con Irure, y al O. con Urdániz, en la margen derecha del río Arga.

Fue de antiguo lugar de señorío realengo, que en 1280 debía una pecha anual de 65 sueldos y medio más 13 cahíces 3 robos y medio de cebada y avena, sin contar la parte que podía corresponder por el concepto de «cena», liquidada globalmente por el valle.

Hasta las reformas municipales de 1835-1845 gobernaban el lugar el diputado del valle y el regidor del pueblo, que se designaba por turno entre las casas (siete en 1802; cuatro en 1849). En esta última fecha, los niños de Setoain acudían a la escuela de Larrasoaña; eran los vecinos quienes ejercían el derecho de presentación del párroco.

Su Iglesia de San Juan Bautista es un edificio de origen medieval (siglo XIII) hecho en piedra profundamente transformado por los añadidos y reformas que afectaron a su arquitectura y decoración. Tiene nave única, cabecera de testero recto y torre campanario de planta cuadrada situada a los pies. Se accede al interior por una puerta abierta en el muro del evangelio, cerca de la torre, con arco, de medio punto y arquivoltas sin ornamentación. Adosada a la cabecera por el lado del evangelio hay una sacristía con cubierta plana. La cubierta de cabecera y nave es de bóveda de lunetos con fajones que apoyan en ménsulas adosadas al muro. Tal vez ocupen el emplazamiento de la bóveda primitiva gótica que posiblemente tuviera con anterioridad a la reforma.

De su decoración mueble sólo cabe destacar una pequeña imagen sedente de la Virgen con el Niño, que repite modelos góticos de finales del siglo XIII, aun cuando la gran transformación sufrida por añadidos y repintados impide valorar suficiente.

Procedentes de Setoain guarda el Museo de Navarra siete tablas pintadas con cuatro escenas de la vida de San Juan Bautista, dos de Santos emparejados y el Calvario. Estas tablas delatan el estilo de los Oscáriz, algo transformado por la amplia participación del taller, situándose en la línea de la pintura de Aldaz. Se advierten rasgos comunes con otras obras del pintor: el tipo humano característico, movimiento, inclinación hacia lo monstruoso y frondosos paisajes en los fondos que proporcionan a la obra belleza y profundidad. En el Calvario se percibe perfectamente la influencia flamenca.

Se celebran el 24 de junio en honor a San Juan Bautista.