Es un lugar del Valle de Esteribar que está situado a una altitud de 520 m. y a 17 km. de Pamplona. Su término limita al N con Esquíroz, al S con Ilurdotz, al E con Setoain y al O con Larrasoaña y Akerreta, en la margen izquierda del río Arga. La actividad principal es la ganadería de vacuno y caballar. Su censo en 2020 es de 6 vecinos.

Está documentado ya en 1049 como sede de una de las «decanías» del monasterio de San Agustín de Larrasoaña. Era en la Edad Media un lugar de señorío realengo. Su pecha anual, que en 1280 sumaba 16 cahíces y medio de trigo y 74 sueldos y medio, se había reducido en 1427 a 3 cahíces y medio de trigo y 2 sueldos. Esta disminución sugiere un considerable retroceso demográfico.

Hasta las reformas municipales generales de 1835-1845 lo gobernaban el diputado del valle de Esteribar y el regidor del pueblo, que se elegía por turno entre sus tres casas (dos en 1847). En esta última fecha, el curato era de provisión de los vecinos, y el beneficio eclesiástico con que también contaba, del cura y el rey alternativamente. No tenía otros caminos que los locales.

La Iglesia de la Asunción es un edificio hecho en piedra, de posible origen medieval (siglo XIII) muy modificado por las labores de reconstrucción de que fue objeto hasta época reciente. Es de nave hueca con cabecera de testero recto y posee una torre cuadrada -tal vez lo más antiguo de lo conservado- adosada a los pies. Los diferentes materiales utilizados y la presencia de contrafuertes exteriores permiten sugerir las diversas etapas de su construcción. Se accede al interior por una puerta de piedra con arco de medio punto enmarcado por tres arquivoltas con profundas dovelas que descansan en impostas decoradas con relieves de variada temática (geométrica y figurativa) interpretados de modo esquematizado. Hay una sacristía adosada a la cabecera por el lado del evangelio. La cubierta para todo el recinto es plana, pero se conserva un arco apuntado de piedra sobre ménsulas como reparación del último tramo de la nave donde se sitúa el coro. De su escaso mobiliario hay que destacar la restaurada imagen de la Virgen con el Niño en posición sedente, del pequeño retablo mayor, que sigue modelos renacentistas de la segunda mitad del siglo XVI, y la pila bautismal pétrea cuya copa de sección circular se decora con motivos vegetales y geométricos de acusada estilización.

Se celebran el 8 de septiembre en honor a la Natividad.

El sábado o domingo más cercano al 9 de mayo (San Gregorio Nacianceno) se celebra la romería a la Ermita de San Gregorio de Irure.